31/7/08

La Balada de Cable Hogue



The Ballad of Cable HogueSam Peckinpah, 1970, EEUU, Jason RobardsStella StevensDavid Warner.

Realizada tras su celebrada y mítica Grupo Salvaje La Balada de Cable Hogue pasa por ser la obra más personal e intimista de"Bloody Sam" (él mismo la considera su película favorita entre todas las que rodó), si bien está alejada de los presupuestos estilísticos que habitualmente maneja en su filmografía.

Este film original y poco convencional que cosechó poco éxito entre el público (quizás esperaban otra sinfonía de violencia) y la crítica del momento no se debe catalogar únicamente como "Western" crepuscular pues contiene altas dosis de comedia, drama e, incluso, musical, si bien cuenta con la desubicación propia de los personajes del aquel subgénero, caracteres que parecen fuera de la realidad que les ha tocado vivir.

"Cable Hogue era un hombre que encontró agua en donde no la había" (como reza su epitafio) y su balada se conforma como una obra lírica y nostálgica que comienza cuando sus dos socios lo abandonan en pleno desierto, emprendiendo Hogue una historia de supervivencia, venganza y amor en la que intenta encontrar el sentido de la vida y definir las prioridades para vivirla; una historia que presenta unos personajes humanos, orgullosos pero vulnerables y que construye un retrato íntimo de las motivaciones y anhelos de las personas además de conformarse como ejemplar análisis de las relaciones entre adultos.

Peckinpah sabe dibujar a la perfección todas sus preocupaciones y nos ofrece su propia visión de la existencia humana con un personaje central marginado, incluso de manera voluntaria ya que parece tener plena consciencia de su marginalidad, que se rige por su propio código moral, diferente al imperante en la sociedad, y que, por ello, parece que pertenezca a una época pretérita, destilando todo el filme un halo nostálgico y decadente consecuente con los sentimientos del protagonista.

Inserta en el "Western" de manera incidental, tal vez por ser éste el género que más cerca pudiera sentir el realizador de ascendencia india, destaca el uso del paisaje (elemento tan propio del género) que cobra vida propia para configurarse como un personaje más de la cinta: el hogar de Cable Hogue, el lugar al que éste pertenece ya que, como parece demostrar su muerte, no puede vivir en otro distinto y mucho menos en la nueva sociedad; motivo por el que la llegada de la muerte es considerada de manera natural, desdramatizándola y asumiéndola con inusitada madurez (Peckinpah incluso la trata con cierta ligereza). El nuevo orden que no acepta a tipos como Cable se nos muestra en las ultimas escenas con la aparición de los autos que conviven con los caballos en un mismo plano.

Esta pelicula que nos muestra la confrontación del individuo frente a la civilización, que reflexiona sobre el cambio que ésta opera sobre la vida de la gente y que está plenamente vigente hoy en día con la actual revolución tecnológica que vivimos, es un film atípico en la obra del director (ausencia de violencia) y se configura como un trabajo muy personal, quizá debido a la plena libertad creativa para llevarlo a cabo de la que disfrutó el cineasta ya que el éxito de su anterior película avalaba al realizador.


Sam Peckinpah se rodeó de un equipo de confianza, no en vano casi todo el personal es el mismo de Grupo Salvaje, incluyendo a Lucien Ballard que sabe sacar una fotografía idónea donde destaca el polvo y la suciedad, y supo sacar lo mejor de sí mismo al trío protagonista: RobardsStevens (atención a la ropa interior que viste esta "sex-symbol" de los años 60) y Warner (en un papel de sacerdote hedonista que no sabe si salvar almas o dedicarse a los placeres de la vida) además de prestar atención a recursos técnicos como la pantalla dividida o la cámara rápida (para acentuar la vis cómica de algunas escenas) entre otros.

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