24/12/08

Un Ladrón en la Alcoba



Trouble in ParadiseErnst Lubitsch, 1932, EEUU, Herbert MarshallMiriam HopkinsKay Francis.

Lubistch firma una comedia elegante y de fina ironía que epitomiza su famoso "toque" que aunque nadie puede definir es reconocido por todos por, entre otros elementos, un diálogo brillante repleto de doble sentido, puertas que se abren y se cierran, sugerir antes que mostrar, atención meticulosa a los detalles. Una comedia que se puede catalogar como el embrión de las "screwball comedies" puesto que incluye rasgos esenciales de éstas como romanticismo, sofisticación, juegos con la identidad de los personajes, deseos contradictorios de estos y la exposición de la relación entre sexos. Todo ello desplegado bajo un estilo personal que tanto influenció en otros grandes directores (Billy Wilder a la cabeza).

Con una sólida y exitosa trayectoria en el cine alemán tanto como actor (alcanzó la celebridad con un personaje de -¡como no!- vis cómica, un sastre judío llamado Meyer) como director (son famosas sus colaboraciones con Pola Negri, una de las primeras "vamps" de la historia del séptimo arte o sus recreaciones históricas), Lubistch emigró a EEUU por deseo expreso de Mary Pickford quien pretendía iniciar una relación laboral con él. Sin embargo, todo quedó en una única película y Lubistch siguió su camino en el seno de la Warner con un control absoluto sobre sus obras que a pesar de ello no funcionaron en taquilla todo lo bien que se esperaba pasando el realizador a engrosar las filas de otra de las Cinco Grandes. Es en la Paramount donde se especializó en el género por excelencia del principio del sonoro, el musical, comenzando a ser aclamado por la crítica americana.

Precisamente, Un Ladrón en la Alcoba pertenece al período Paramount (estudio del que el director llegó a ocupar un alto cargo,  siendo uno de los pocos grandes directores en conseguirlo)de Lubistch y es la primera película no musical que rodó ayudándose en su guionista preferido, Samson Raphaelson (con el que trabajaría posteriormente en la inolvidable El Bazar de las Sorpresas y que también autor del libreto de Sospecha, la cinta de Hitchcock) que escribió esta adaptación de la obra de Laszlo Aladar junto con Grover Jones. La película preferida por Lubitsch de entre todas las que realizó es un ejercicio de estilo distintivo con una idiosincrasia particular, un estilo encantador, elegante y sofisticado que fluye con una naturalidad asombrosa a través de sus brillantes diálogos y de su componente sexual implícito. Es, precisamente, este alto contenido sexual el que escandalizó a la Liga de la Decencia (la pareja protagonista, por ejemplo, convive sin contraer matrimonio) y la causa por la que, ya con el Código Hays en pleno funcionamiento desde el año anterior, imposibilitó el reestreno del film en 1935, posponiendo su nueva exhibición hasta 1968 (!).

Esta película de apariencia ligera se conforma como una exquisita comedia romántica (transcurre en dos ciudades emblemáticas para ello como son Venecia y París, circunstancia no casual dado el cuidado del mínimo detalle propio del virtuoso director alemán) que se apoya en una fotografía clara impregnada de un halo brillante, en unos decorados Art Decó y en una economía de medios meritoria (con pocos elementos se explica mucho), en definitiva , en un estilo visual y verbal (diálogos de continuas preguntas y respuestas) que destila un aura de cuento infantil a pesar de estar plasmando en pantalla el sexo y el dinero. Como comprobamos, el film de apariencia ligera se transforma en una cínica reflexión sobre puntos clave de las relaciones humanas y he aquí la maestría de Lubistch: hacer reflexionar sobre aspectos capitales como quien no quiere la cosa valiéndose de la ironía y de una extremada sutileza

También aquí Lubistch demuestra ser un excelente director de actores puesto que consigue extraer del trío protagonista sus, probablemente, mejores interpretaciones y que acaba por convertirse en otro de los puntos fuertes del film. Miriam Hopkins, una de las actrices más desaprovechadas de Hollywood ofrece una actuación dinámica, Herbert Marshall (cuyas escenas en las que debía subir y bajar corriendo por las escaleras fueron rodadas con un doble al habérsele sustituido por una pierna ortopédica la que perdió durante la I Guerra Mundial ) dota a su ladrón de una suavidad y elegancia notables y, por último, Kay Francis, una de las reinas del primer Hollywood sonoro (y ello a pesar de sus dificultades en pronunciar las erres) pues, no en vano, era de las actrices mejor pagadas, sabe configurar a su viuda rica y joven como una persona delicada, cautivadora y seductora destilando "glamour". A ellos tenemos que unir la presencia de secundarios clásicos de la mejor comedia americana (Edward Everett HortonCharles Ruggles) que terminan por confirmar la estupenda interpretación de que hace gala esta obra de Lubitsch que pasó desapercibida tanto para el público, que en aquella época aún inmersa en la Depresión buscaba fórmulas escapistas, como para la crítica.

Por fortuna Criterion ha editado la película en dvd incluyendo entre sus extras un silente del mismo Lubitsch y una introducción de otro de los alumnos del cineasta de origen europeo, Peter Bogdanovich, reparando el error histórico que existía con este film ya que no se había editado en vídeo. Desde luego, una situación extraña ya que aún sin ser tan conocida para el gran público como otras obras del director alemán (NinotchkaEl Bazar de las Sorpresas o Ser o No Ser, sirven como ejemplos) es un compendio de ese cine que Lubitsch hacía fluir con naturalidad y en el que se mostraban personajes delicados, elegantes y suaves (¿quién no recuerda El Diablo Dijo No?) y que lo elevaron a ser considerado el maestro de la comedia sonora sofisticada...como muestra de ello sólo tenemos que ver las escenas de las cenas de Gaston con sus dos amores: en la primera con Lily se demuestra que están hechos el uno para el otro con los robos mutuos y continuos que cometen (metáfora del coito) y en la segunda, con la rica Mariette Colet, mediante un reloj se hace avanzar la cita, el cambio que se opera en el ladrón se expone y la nueva relación entre los dos comienza. El virtuosismo de Lubitsch reina y crea escuela.

13/12/08

Depredador



Predator, John Mc Tiernan, EEUU, 1987, Arnold Schwarzenegger, Carl Weathers, Jesse Ventura.

Película que encumbró de manera definitiva a Arnold Schwarzenegger como icono del cine de acción de los años 80 y que supuso la carta de presentación de John Mc Tiernan como eficaz director en este tipo de películas (La Jungla de Cristal, por ejemplo) tras haber rodado un producto para el lucimiento de Pierce Brosnan. Depredador mezcla algunos ingredientes de los géneros de ciencia-ficción y de terror con la habitual testosterona que caracteriza a las cintas de cine comercial y consigue superar la media de calidad (cosa por otra parte nada complicada) del mismo.

Como es lógico en esta clase de producto ni faltan las ensaladas de tiros, ni los protagonistas musculosos y"machos", ni los efectos especiales tan característicos, pero a mí me parece que el resultado final es entretenido y tiene una gran virtud: no envejece ni con el paso de los años, ni a cada nuevo visionado...algo tendrá. Se hace una película ideal para pasar una "tarde de sofá" sin mayor pretensión que la de estar distraído.

Rodada en los bellos escenarios naturales de Méjico (concretamente en Puerto Vallarta, en el estado de Jalisco y también en Chiapas, área del país centroamericano que después se hizo famosa por motivos bien diferentes) convenientemente capturados en la fotografia de Donald Mc Alpine, se trata de un film conciso, directo y con un ritmo alto que cuenta, además, con una correcta interpretación (aunque tampoco los papeles sean un derroche de posibilidad interpretativa puesto que son bastante planos), algún movimiento de cámara interesante ("travelling" con "Arnie" y su metralleta, creo recordar) y una mayor innovación de lo acostumbrado en el uso de los efectos especiales que sirve para integrar de manera más lógica estos en la historia, siendo menos gratuitos que en la mayoría de películas de acción. Destacable es el empleo de un efecto visual propio del género de terror: el punto de vista subjetivo del monstruo, engendro encarnado por el actor de más de 2,20 metros de altura (característica que le sirvió para hacer de Bigfoot también) Kevin Peter Hall quien falleció de SIDA tras recibir en una transfusión de sangre infectada y que llegó al proyecto en sustitución del inefable Jean Claude Van Damme (no muy satisfecho al no salir en pantalla nada más que bajo el disfraz de alien). Precisamente, para compensar esto Mc Tiernan hizo que Hall apareciera también como piloto del helicóptero de rescate en el final de la historia.

Si bien es cierto que los personajes no se desarrollan convenientemente (su perfil psicológico se presenta en el vuelo inicial con Long Tall Sally sonando de fondo) la película tiene un curioso aire de serie B (quizás por la influencia que recibe de Alien, El 8º Pasajero que era un claro homenaje a las cintas clásicas de ciencia-ficción de los cincuenta), una atmósfera y un ritmo efectivos y la combinación de FX y suspense engancha. Si a esto añadimos el poco diálogo (aunque no puede eludir las frases de una línea tan características de Arnold) que resulta a veces tópico y práctico y en otras hasta brillante (aquí algunos ejemplos: "No tengo tiempo para sangrar", "Hay algo ahí fuera y no es un hombre...vamos a morir todos") y la partitura eficaz en su empleo de Alan Silvestri, comprobamos como Depredador tiene cierto encanto. Eso sí, seamos conscientes del tipo de producto que es y no busquemos explicaciones lógicas, ni tampoco nos hagamos preguntas como la causa por la que el alien visita la Tierra o similares.

Estructurada claramente en tres partes, la primera de las cuales parece de"despiste" por parte de los guionistas, Jim y John Thomas, puesto que es en la segunda en la que comienza realmente la historia con la excelente introducción del monstruo sin mostrarlo directamente (el citado recurso del punto de vista subjetivo: observamos los resultados de su actividad como los cuerpos y sus restos y, por fin, lo "vemos" en su forma invisible mimetizado con la selva). Esta parte que podríamos nombrar como "la caza" prosigue con "la lucha" entre el cazador y el superviviente del grupo. Disputa que tiene un"tufillo"comercial cuando el alien decide entablar "un cuerpo a cuerpo" con su presa, uno de los pocos elementos superfluos del film ya que en cuanto a dramatización y diálogo la película es bastante comedida en su concesión a la comercialidad.

Depredador se puede ver una vez al año al tratarse de una cinta efectiva a pesar de no culminar todas sus potencialidades. Sin duda esto es válido para los fanáticos de las cintas de acción pero también  para el resto de espectadores ya que se puede difrutar de los efectos especiales (incluso del diseño de la criatura obra de Stan Winston) y las localizaciones pasando un rato ameno y, si hacemos caso al director, incluso podemos obtener una lectura subversiva de su obra: en la escena de la orgía de tiros tras la muerte de uno de los personajes lo que se pretende retratar es la inutilidad de las armas, es decir, lo contario de lo que se le presupone al film ya que después de derrumbar media selva no se consigue nada y todo esto empleando precisamente lo que la mayoría de gente quería ver en pantalla. Conseguida o no la transmisión de este mensaje contra las películas comerciales violentas sí parece subyacer, aunque de manera vaga, una crítica a los movimientos de" guerra sucia" ejecutados por la CIA en muchos paises y, aún en menor medida, contra el imperialismo"yankee".

Pocas películas pueden presumir de tener en su reparto a dos gobernadores de EEUU (Schwarzenegger por California y Jesse Ventura por Minnesota, éste por cierto implementó medidas muy progresistas especialmente respecto de los derechos de los homosexuales o sobre el derecho al aborto, además de invertir en la escuela pública), otro que lo intentó (Sonny Landham, quien parece ser que en los setenta hizo sus pinitos como actor porno, y hombre de tendencias ultrareaccionarias y que a pesar de su origen étnico nativo americano no dudó en defender la necesidad de exterminar a los árabes en cierta ocasión) y un miembro del Comité Olímpico USA (Carl Weathers). Además, también cuenta en su reparto con un guionista de enorme éxito comercial (Shane Black, quien parece ser fue contratado como actor para que hubiera alguien que pudiera cambiar el guión durante el rodaje o para controlar al inexperto Mc Tiernan).

En fin, Depredador se constituyó como un enorme éxito de taquilla y dio pie a secuelas con el monstruo protagonista en solitario o acompañado de otra criatura espacial aterradora como es Alien, cómics y un etcétera de "merchandising". Empero, es un producto digno y eficaz y es que "Schwarzie" siempre supo elegir sus proyectos mucho mejor que su rival en la taquilla Stallone y, otro punto a su favor, no se empeñó en dirigir y escribir sus películas.


Derechos de las imágenes y vídeos reservados por sus creadores y/o propietarios, aquí se utilizan con fines de ilustración y se han encontrado tras búsqueda con Google.

7/12/08

Boudu Salvado de las Aguas



Boudu Sauvé des AuxJean Renoir, Francia, 1932, Michel SimonCharles GranvalMarcelle HainiaSeverine Cerczinska.

Adaptación de la obra de teatro de René Fauchois proyecto personal de Michel Simon quien eligió al maestro del naturalismo Jean Renoir para dirigirlo en la que sería su tercera película juntos, director de un cine personal con sus historias sencillas en las que plasma su aprecio por las personas y su desaprobación del orden social, Boudu es una comedia social y una sátira de los valores de la clase media, en definitiva, una crítica a la burguesía francesa en la que la sexualidad y el tratamiento de las diferencias sociales juegan un papel relevante.

Estrenada en EEUU en 1967 la película de Renoircoautor del guión con la ayuda de Albert Valentines técnicamente innovadora destacando su experimentación con el sonido, las localizaciones reales (pionero en rodar en exteriores reales), los constantes movimientos de cámara y la utilización del montaje. Sirvan como muestra la metáfora del acto sexual con el pasacalles o la presentación de los personajes por oposición: a Boudu lo vemos por primera vez en un parque, en un espacio abierto que asociamos con la idea de libertad (valor que a la postre es el que mueve al personaje), por el otro lado, comprobamos como el burgués Lestingois, quien se ve a si mismo como un espíritu libre y humanitario, está cerrando las cortinas de su casa y observamos desde el interior a su mujer entrando a la librería (denotando sensación de aislamiento).

Esta contraposición es permanente y clave en el devenir del filme puesto que plasma la idea central del mismo, con el personaje amoral respecto a las reglas de la sociedad que es ese vagabundo ingrato y egoísta, Priapus Boudu (el nombre de pila ya nos advierte de otro elemento central, el sexual), Renoir pretende romper una lanza en favor de la libertad exponiendo la disyuntiva entre optar por ella o seguir las convenciones sociales constrictivas que llevan como en el caso de la Sra.Lestingois a convertirse en una mujer sexualmente reprimida.Al final, el vagabundo grosero y gruñón, personaje informal y subversivo portador del caos que altera el sentido del orden, se enfrenta a proseguir su vida en la libertad anárquica de la que disfrutaba o en aceptar su nueva condición de marido acomodado económicamente con todas las obligaciones que derivan de ella. Su huida a través del río, elemento que se presta como símil de movimiento no sujeto a reglas que lo atrapen da respuesta a esta tesitura.

La libertad interpretativa que dió Renoir a sus actores la supo aprovechar Michel Simon de manera notable y con sus posturas y frases inapropiadas dio vida a un hombre enfrentado a vivir dentro de la sociedad o a disfrutar de la anarquía e independencia a la que está acostumbrado.

Por último reseñar el paralelismo con la anterior película de RenoirLa Golfa, a través de la introducción de un prólogo teatral para presentar el film como una representación de la vida (el amor por el teatro del cineasta queda patente) y recordar la exitosa adaptación que realizó Paul Mazursky en 1986 con Nick Nolte como el personaje principal y que originó una "sitcom" y, además, una nueva versión francesa en 2005 con Gérard Depardieu.