31/7/15

Dos Semanas en otra Ciudad

Les voy a contar una historia sobre cine...
Two weeks in another town, Vincente Minnelli, 1962, EEUU, Kirk Douglas, Edward G. Robinson, Cyd Charisse.

Pues sí, ya estoy aquí de nuevo, esta vez con una sobre cine pero antes de comensar allá que se ponen en juego los tartufos: en esta peli salen como "feliz" matrimonio los monstruos de Claire Trevor (La Gran Dama del Cine Negro) y Edward G. Robinson (EG para nosotros, a partir de ahora y para siempre), pero ¿alguien sabría decir que otra peli comparten como cabezas de cartel, ella haciendo de ¡hampona!? (La siguiente pista es que también sale un tipo que años más tarde acabaría superándolos en fama y estatus icónico). Después del tartufo...


Podríamos ir a retozar a la playa (cosecha del tiempo)
Un melodrama del colorido Minnelli, un tío recordado por el pueblo gracias a sus musicales pero empeñado en hacer otras cosas llenas de luz y de color, hasta el punto que muchos aficionados (y aficionadas) también se acuerdan de él por cosas como -¡ups! está es en blanco y negro- Cautivos del Mal (ya sabréis asiduos visitantes de este entrañable lugar que la auto-promoción se me da más que bien) y seguro que a más de uno (y una) se le vienen así sin pensarlo demasiado alguna que otra más del colorido Vincente. La verdad es que Minnelli tiene caché en la actualidad y que los tenía bien puestos era atrevido, vaya, sólo hay que reparar en su ópera prima íntegramente interpretada por actores y actrices negros a principios de los cuarenta para comprobar esto último (y aquí también canta una artista de color cual es Leslie Uggams, lo que me da para hablar de la soundtrack que incluye canciones pop como el Dracula Cha Cha Cha que sigue a continuación). 



Aquí, Vincente, con un reparto estelar encabezado por su conocido Kirk Douglas (a día de hoy quizás el último superviviente del Hollywú Clásico que tanto nos gusta en este espacio, bueno, Olivia aún sigue por aquí también) y por un EG que actúa como premonitorio trasunto del propio realizador al encarnar a un viejo director aferrado al pasado, no puede evitar incurrir en estrepitoso fracaso comercial corroborando los estertores de la MGM y casi, casi que de una época. Ni la chica de las piernas taaan largas, ni savia nueva como el galán a lá Dean -doble del guapo Beatty (no dejen de leer la reseña de Bonnie y Clyde en este blog) - de George Hamilton, ni la aparición de algo así como estrellas europeas o proyectos de (Rosanna Schiaffino, Daliah Lavi), ni contar los trapos sucios de los rodajes y el mundillo, salvan el asunto de la bancarrota.


La soledad del cineasta ante su obra
Lo que no se le puede negar a Vincente, uno de los cineastas que mejor supo contraponer la realidad y el sueño-escape-deseo que le son propios a esto del cine, es que en esta película crea una sensación de sueño-pesadilla que en la borrachera de Kirk (spoiler) se eleva a potencias cósmicas. Vale que el clímax final con esa arcaica escena en el coche quede deteriorado y no sólo por la apariencia "viejuna", pero antes hemos captado un poquito del frenesí de un rodaje cinero que aunque no resista las comparaciones (que siempre son odiosas e inevitables) con su hermana mayor (o sea, Cautivos del Mal) y tenga un resultado irregular, puede picar la curiosidad de aquellos a los que les mola esto de las pelis sobre el cine (vamos, lo que en el blog llamamos MetaCine. Sí, podéis pinchar en la etiqueta en cuestión para leer sobre más pelis de este rollo). El conjunto parece sincopado, como incómodo de ver, estridente diríamos, incompleto puede ser, pero hay que reconocer que la versión definitiva está (como Vincente denunció en su momento) mutilada. Aún reconociendo que muchos personajes acaben desdibujados y funcionando como estereotipos y esa sensación de película incompleta ¿disculpamos a Vincente? Ay, pero las tijeras sí me permiten discernir el tono decadente y neurótico del mundo cinero que expone Vincente y lo que para servidor es un acierto mayúsculo: la captura de la vida nocturna y la de la calle romana.


Perdido entre varias aguas

Estamos ante un melodrama para bien y para mal y estéticamente muy de su época que seguro que en pantalla grande gana, que traza líneas en torno a las inseguridades/dependencias, los fracasos personales y las crisis existenciales, pero que acaba siendo algo raro, con unos cuantos (auto) guiños vía los clips de Cautivos que introduce Vincente (si EG es ese remedo del propio Vincente es algo que ud, amigo, debe juzgar) y que, además, tiene la curiosidad de ver a la chica de las piernas taaaan largas en un (esto va a quedar fino) cometido dramático. Ahora, para terminar y por fin, una de curiosidades que tanto suelen gustar pero va a ser usted el que las va a desmenuzar: Vincente se basa en una novela -sobre la que efectuó los oportunos y correspondientes cambios que consideró, faltaría más- de un reconocido escritor, uno de cuyos otros trabajos dio pie a una exitosa serie de TV (muy popular en nuestro país en su momento) por la que aparecía un superhéroe que se cabrea mucho (y que en origen era gris pero por problemas en la impresión acabó siendo del color por el que todo el mundo lo reconoce hoy). Así que, tenga un papel activo y averigüe quien es el novelista, la serie y el superhéroe y de paso el actor que lo encarna y, para rizar el rizo, compre un libro del caballero, vea la serie y lea un tebeo del personaje en cuestión que el verano es largo y da para esto y más, pero antes...


...una pista.

Tened en cuenta lo de los derechos de autor, sólo pongo las fotos por darle color a lo Minnelli, vaya, así que:

¡Acción!

29/7/15

Sólo para...(28)

...fans del musical, de Judy Garland o de Mickey Rooney o de Busby Berkeley y para investigadores y curiosos.

Los Hijos de la Farándula (Babes in Arms),  B. Berkeley, EEUU.